Pandemia por la Covid-19
La inesperada irrupción de la pandemia por la Covid-19 a comienzos de 2020, supuso un extraordinario desafío a nivel mundial. Frente a esta situación, la gran mayoría de los países optaron por recluir a su población en sus domicilios, como única medida efectiva frente a la enfermedad mientras se desarrollan soluciones médicas. Esta situación, que ya comienza a ser denominada en el ámbito periodístico como la “Gran Reclusión”, ha posicionado al individuo frente a sí mismo y su entorno de un modo muy particular.
La «Gran Reclusión»
Si bien sabemos que no es la primera vez que las sociedades se enfrentan a situaciones similares (enfermedades y pestes anteriores han causado prolongados confinamientos a lo largo de la historia), sí que podemos afirmar que en este caso se trata de la primera “Gran Reclusión” de la era de la tecnología. Esta característica no sólo diferencia el confinamiento que estamos viviendo de todos los anteriores, sino que se ha concretado en un aislamiento hiperconectado, a través de toda clase de dispositivos electrónicos. Así, los individuos podemos conocer y participar, desde nuestros lugares de reclusión, de lo que ocurre en cualquier otro lugar del mundo.
La nueva normalidad
La nueva normalidad ha modificado nuestra forma de vivir sin otorgarnos apenas tiempo de respuesta. Prácticamente de un día para otro nuestro hogar se ha convertido en el único ámbito para desarrollar la totalidad de nuestras actividades diarias como:
- Descansar
- Trabajar
- Estudiar
- Asearnos
- Relacionarnos (telemáticamente)
- Divertirnos
- Cuidarnos y cuidar a otros
- O simplemente evadirnos
En respuesta a esta nueva multiplicidad de usos y funciones, cada uno de nosotros se ha visto obligado a reformular, en la medida de sus posibilidades, los diferentes lugares que componen su ámbito de reclusión, resignificar espacios y encontrar soluciones a sus necesidades dentro de los muros de la vivienda.
Arquitectura y Covid-19
La arquitectura como disciplina se ha encontrado de golpe, y sin esperarlo, con una excelente oportunidad para poner en crisis y reformular muchas de las prácticas que los arquitectos venimos aplicando desde hace décadas. La versatilidad de los espacios interiores, la necesidad de salidas al exterior como balcones, terrazas y patios, o la adecuada disposición de las zonas de higiene y guardado, por citar algunos ejemplos, se han revelado como aspectos de capital importancia en el diseño de la casa habitación. A esos aspectos debemos de prestarles atención, especialmente en las viviendas de menor tamaño situadas en grandes edificios y condominios.
Aún es pronto para saber de qué modo influirá la Covid-19 en nuestras ciudades y edificios. Puede que importantes actuaciones, que hoy vemos como ejemplares, terminen siendo olvidadas o que, simplemente, regresemos al modelo anterior una vez superada la crisis. Pero también es posible que se produzcan cambios en nuestro modo de habitar y hacer vivienda, aparecidos como respuesta a la situación actual, que terminen siendo interiorizados por la sociedad y lleguen a transformar, sin saberlo, la arquitectura del futuro.
Para saber más
Licenciatura en Arquitectura, Educación Continua, Diplomado en Sistemas Arquitectónicos para el Diseño del Ambiente Interior, Universidad Intercontinental.