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Escrito por: Pamela López García
Docente de la Licenciatura en Arquitectura
febrero 9, 2023

Muchos sabemos que andar por la ciudad es toda una experiencia, pero ¿qué hay más allá del simple acto de caminar? En este texto se expondrá la visión de la ciudad ante nuestro andar.

Mi experiencia al andar

Hace unos días, leí un afiche que decía más o menos así: “Como salvar al planeta en tres simples pasos”. El dibujo sugería que el primer paso es avanzar con la pierna, llanta o bastón derecho. El segundo paso, con la izquierda, para alternar los pasos hacia adelante. El último paso sería repetir el proceso dando muchos pasos; en fin, practicar el andar por la ciudad.

Solté la carcajada mientras tomaba un café de olla en una de las mesitas de madera de pino muy gruesas de una cafetería en el centro de Tlalpan. Nadie se rio conmigo, pero sí de mí, lo cual me alegró, porque caí en cuenta de que el espacio donde me encontraba es un centro de reunión para personas, sobre todo de la tercera edad que gustan de tomar un desayuno completo. El paquete incluye poder admirar desde los portales de los siglos XVII-XVIII al resto de la sociedad en movimiento, andando

Arquitectura paisajista

Según Careri, el andar es una práctica. En primera instancia, en su libro denominado El andar como práctica estética, propone que andemos, porque desde que fuimos nómadas ésa fue la única manera de conocer, moldear, atravesar, identificar, transformar e incluso adorar al paisaje circundante.

Como arquitecta paisajista, esto me hace mucho sentido porque cuando se estudia, se entrena para andar y hacer de ello una actividad filosófica, de movilidad, de recreación o de evolución del mismo cuerpo humano y para diseñar.

Influencia de Careri

Seguramente si Richard Long nos acompañara en dicho café opinaría que el andar también es un acto propio del arte. En específico del Land Art, con su obra A line made by walking, la cual da pie, de alguna manera, a lo que fundamenta Careri:

La acción de atravesar el espacio nace de la necesidad natural de moverse con el fin de encontrar alimentos e informaciones indispensables para la propia supervivencia. Sin embargo, una vez satisfechas las exigencias primarias, el hecho de andar se convirtió en una acción simbólica que permitió que el hombre habitara el mundo. Al modificar los significados del espacio atravesado, el recorrido se convirtió en la primera acción estética que penetró en los territorios del caos, construyendo un orden nuevo sobre cuyas bases se desarrolló la arquitectura de los objetos colocados en él. Andar es un arte que contiene en su seno el menhir, la escultura, la arquitectura y el paisaje. A partir de este simple acto, se han desarrollado las más importantes relaciones que el hombre ha establecido con el territorio.

Justamente, eso es lo que estaba viviendo en los portales de Tlalpan.

Apreciar andar en sí mismo

Un grupo de la tercera edad que salió de una charla en la parroquia viene andando hacia su destino, resultado de un andar previo. Por ejemplo, si los mexicas y xochimilcas que fundaron Tlalpan no hubieran andado en el territorio de la ciudad lago y encontrado esa frontera que dividía las afueras de la gran Tenochtitlán, no podrían estar eligiendo si el café es mejor con pan o con churros. 

Hacer del andar una práctica obligada en la ciudad es un objetivo que no sólo nos incluye a los arquitectos paisajistas, amantes del café o apresurados estudiantes o trabajadores. Esto incluye las políticas públicas de la ciudad, la distribución del presupuesto público, la reestructura de nuestra movilidad, la eficiencia en las alternativas de movilidad, la economía circular local, la seguridad de las personas, en las calles, banquetas, jardines, portales, plazas, atrios y patios.

Impacto cercano de los resultados

Se debe tomar responsablemente, así como en otras ciudades en el mundo, la premura con que se llevan a cabo las estrategias de los efectos del cambio climático. Pues nos percatamos de que si en la ciudad podemos llegar seguros de la mano de nuestras abuelas, hijos, amigas, familia o mascotas a cualquier sitio en tan sólo 15 minutos usando el andar, entonces la expectativa de vida de la población, la salud pública, los intercambios económicos y la vida en la ciudad es mucho más auténtica y cercana a lo que nos dicen Careri y Long.  

Te invito a andar para reflexionar

Seamos más como esos nómadas que curioseaban por el territorio o como Long, quien manifestó que el andar es en sí el arte. Seamos como Lucy, Julia y Daniela, las amigas que con sus parejas llegaron andando a tomarse un café.

Hagamos un manifiesto y elijamos andar ante cualquier otra elección de movilidad y así la ciudad será más como la ciudad lago que fluía entre canales, chalupas o trajineras y menos como la ciudad tráfico que se atora a la mínima provocación. 

Para saber más

Licenciatura en arquitectura, dirección del arte, comunicación y tecnología en contexto



* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional

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