Humanidades

Escrito por: Martha Moreno Ortega
Docente de la Licenciatura en Pedagogía e Innovación Educativa
octubre 30, 2021

El aprendizaje en el espacio escolar

Las palabras estudiar y aprender sin duda nos remontan al espacio escolar. Sin embargo, la práctica de la escuela ha estado más enfocada al adiestramiento de la atención, la memoria y a la transmisión de información, que hacía el aprendizaje desde un enfoque integral y constructivo.

Cambio en el proceso de aprendizaje

Desde el siglo pasado, psicólogos, sociólogos y pedagogos han hecho estudios y descubrimientos importantes que han permitido la comprensión profunda del aprendizaje, sus elementos y motivaciones. El enfoque hacia la comprensión de la mente y la complejidad de los pensamientos nos ha revelado cuestiones claves sobre el proceso del aprendizaje.

Sinapsis y tipos de pensamiento

Hablar de nuestra mente implica una relación entre cerebro, cuerpo, emociones y motivaciones. Las neuronas de nuestro cerebro tejen una red a partir de hacer sinapsis. Estas conexiones no siempre tienen la misma intensidad. Entre más capas y áreas están involucradas en la actividad sináptica, más fuerte y perdurable será nuestra configuración mental.

La activación de las neuronas depende, en gran medida, del uso de nuestro cuerpo y, por lo tanto, de nuestros sentidos, pero también de las conexiones con nuestras experiencias previas, que han marcado itinerarios cognitivos, lo que se traduce en tipos de pensamiento.

Tipos de pensamiento

La actividad familiar, escolar y social, a lo largo del tiempo, ha fomentado ciertos tipos de pensamiento. Por ejemplo: el lógico, argumentativo, lineal, procedimental, entre otros. Estos alimentan un itinerario cognitivo válido, que nos relaciona con la realidad de una forma estandarizada y basada en «lo que es» y no en «lo que puede ser». Esto genera una actividad científica enfocada en definiciones, categorías y principios y, por consecuencia, una actividad escolar sustentada en la reproducción y en la calificación de estándares. Estas prácticas no son inclusivas con todos los itinerarios cognitivos ni estimulan una actividad sináptica fuerte, por lo tanto, lo que aprendemos se vuelve frágil.

Paraguas de la creatividad y otro tipo de pensamiento

La cuestión es que existe otro grupo de pensamiento que es una palanca para una actividad mental fuerte y significativa. Dicho grupo se da en forma paralela a los pensamientos típicos y se ubican bajo el «paraguas» de la creatividad. Estos tipos de pensamiento no son nuevos y normalmente los ligamos a actividades humanas artísticas o de ingenio, pero realmente son capaces de enriquecer nuestra visión de la realidad y complementar nuestro pensamiento. De manera que invitará a una construcción personal y social que diseñe un camino «hacia adelante».

El paraguas del pensamiento creativo está compuesto por:

  1. Pensamiento sensorial. Busca una conexión consciente con nuestro cuerpo para identificar el estado físico y ubicarnos en tiempo y espacio. Mover nuestro cuerpo, también es mover nuestra mente.
  2. Pensamiento valorativo-emocional. Hace referencia a conectar con nuestro interior: nuestras emociones y valores. Además, promueve pensar en nuestras relaciones con otros, nuestras creencias y el comportamiento grupal.
  3. Pensamiento crítico. Nos invita a ir a fondo para no caer en superficialidades, ya que se basa en el cuestionamiento y la verificación. Busca evitar el reproduccionismo no desde una competencia argumentativa, sino desde lo funcional y desde lo que da valor a la sociedad y al mundo.  
  4. Pensamiento lateral. Nos invita a ser alternativos, no hay una única solución. Tener opciones es fundamental para lidiar con diversas problemáticas y lograr nuestras metas.
  5. Pensamiento sistémico. Promueve observar la realidad como es, compleja y no lineal. De esta forma, podemos observar con amplitud una situación y reconocer sus componentes y relaciones.

Otro pensamiento, un nuevo aprendizaje

Esta perspectiva del aprendizaje nos invita a desarrollar centros educativos inteligentes (que promuevan una actividad mental rica) y sabios (que busquen dar valor a la sociedad y al mundo).

Pensar creativamente implica tener una percepción más amplia y profunda y adoptar un enfoque equilibrado y no dogmático. Implica atreverse a ver las cosas de un modo distinto y desde muchos ángulos. También promueve pensar despacio para no dejarte llevar por los mismos patrones y ver más allá de las apariencias, como podemos decir en la cotidianidad: «pensar fuera de la caja».

Para saber más

Licenciatura en Pedagogía e Innovación Educativa, Universidad Intercontinental.

De Bono, E. (2014). Seis sombreros para pensar. México: Booket-Paidós.

De Bono, E. (2015). Manual de la sabiduría: Nuevas técnicas para agilizar la mente y potenciar la creatividad. Madrid: Paidós.

Eagleman, D. (2017). El Cerebro: nuestra historia. Madrid: Anagrama, España.

Goleman, D. y P. Senge (2014). Triple Focus: Un nuevo acercamiento a la educación. Madrid: Ediciones B.

Perkins, D. (2001). La escuela inteligente: Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente. Madrid: Gedisa.

Robinson, K. (2016). Escuelas creativas: La revolución que está transformando la educación. México: Grijalbo.



* Las opiniones vertidas en las notas son responsabilidad de los autores y no reflejan una postura institucional

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