Todo mundo tiene una filosofía de vida. Desde pequeños nos hacemos preguntas acerca de múltiples cuestiones, lo que muestra que todos poseemos un deseo natural de saber. Un día simplemente nos interesa investigar sobre los grandes enigmas del mundo y también resolver los problemas que nos inquietan día a día.
Nos cuestionamos acerca de las mejores decisiones para lograr lo que deseamos y encontrar lo que nos dará la felicidad. Por ello, el filósofo español José Ortega y Gasset escribió con acierto que “la filosofía es una cosa… inevitable”. Es un hecho que, para la mayoría de nosotros, nuestra propia experiencia de vida es la gran maestra en estos asuntos.
Sin embargo, algunas personas sienten con fuerza la necesidad de hacer una pausa en el camino. Quieren serenar la mente y dedicar un tiempo a reflexionar y pensar con seriedad sobre el sentido de la existencia, y desean hacerlo de un modo sistemático y riguroso. En otros términos, experimentan la necesidad de incursionar metódicamente en el pensamiento filosófico y su práctica profesional.
La filosofía como disciplina académica
Algunas personas piensan que acercarse a la filosofía es entrar a un mundo amenazador, pues tiene la fama de ser un estudio aburrido o incomprensible. Alguien la ha definido en broma como “la ciencia con la cual, por la cual y sin la cual, te quedas tal cual”.
Hay algo de cierto en estas palabras, pues aprender y ejercer la filosofía requieren constancia, disciplina, y reflexión. No podía ser de otra manera, pues las preguntas que estudia no son fáciles y las respuestas que busca tampoco lo son.
Es necesario, entonces, desarrollar el hábito de la lectura profunda y dominar el arte de la escritura académica. Nuestra disciplina requiere una mirada crítica para interpretar textos y orden y agudeza mental para exponer los pensamientos de manera clara y con fundamento. Por todo esto, algún autor ha mencionado que “no hace filosofía el que quiere, sino el que puede”.
¿Es para mí la filosofía?
Con lo expuesto hasta el momento, podemos afirmar que lo indispensable para tener éxito en la aventura filosófica formal es conservar una gran curiosidad.
Se requiere, sobre todas las cosas, mantener intacta la capacidad de asombro y el deseo de saber. Es decir, no se necesita nada que la propia naturaleza no nos haya proporcionado en cantidad suficiente.
La filosofía como disciplina académica no es una actividad reservada a los genios o individuos dotados de habilidades especiales. Tampoco es un patrimonio de algunas clases sociales, ni es cuestión de sexo, edad o creencias religiosas.
Todo lo contrario, es una expresión de seres humanos libres, entusiastas y amantes de buscar nuevos horizontes. Los filósofos son personas de espíritu joven, que no se conforman con lo establecido y aceptan el desafío de pensar e ir más allá de los estándares sociales que limitan a la mayoría de la gente.
Por tanto, lo que verdaderamente importa para estudiar filosofía es la decisión de arriesgarse a vivir en plenitud y buscar con seriedad nuestro estilo personal de entender el sentido de la existencia.
¿Qué busca la filosofía?
Siddharta Gautama, el Buda, afirmó en alguna ocasión: “Los carpinteros dan forma a la madera; los flecheros dan forma a las flechas; los sabios se dan forma a sí mismos”. Esta frase es tan verdadera e inspiradora hoy como hace 25 siglos.
Podemos decir que engloba notablemente la razón que sigue animando a los jóvenes de nuestro tiempo a iniciar su formación filosófica. En último término, la gran motivación para estudiar filosofía es aprender a desarrollar el arte de vivir. En esencia, éste es el asunto en el que se han enfocado los sistemas filosóficos de la historia.
Aunque el amor a la sabiduría y el compromiso con la propia felicidad nunca son una meta solitaria. La verdadera filosofía no puede distanciarse del interés auténtico por los semejantes; al contrario, es conocimiento práctico y comprometido.
Así, el trabajo filosófico implica un contexto social, político y cultural que es imposible separar del pensamiento teórico. Los filósofos reflexionan y construyen sus teorías mirando en todo momento a la realidad concreta en la que se desenvuelven.
¿La filosofía deja para vivir?
Ésta es una pregunta inevitable y más que pertinente en nuestro contexto mexicano actual.
Padres y amigos de quienes sienten la inquietud filosófica se preocupan por su futuro económico y lo manifiestan con claridad. “De filósofa o filósofo, te vas a morir de hambre”, ¿Esa carrera, de qué te va a servir?, “Cuando termines, ¿quién te va a contratar?”.
Afortunadamente, el panorama está lejos de ser así. Hay que admitir que la filosofía no figura en la lista de las carreras mejor remuneradas en México; sin embargo, en estos momentos, encierra una enorme ventaja competitiva como opción profesional.
Hoy en día, es una de las licenciaturas que mejor sirven para generar opciones laborales más amplias. Además, los egresados en filosofía tienen las bases teóricas para ingresar en múltiples disciplinas afines.
¿Qué disciplinas?: política, psicología, economía, mercadotecnia, entre muchas otras. Son áreas en las que un filósofo se siente como en su propia casa.
¿En qué trabajan los filósofos UIC?
La Universidad Intercontinental ofrece la Licenciatura en Filosofía desde hace 47 años. Nuestros estudiantes son capaces de analizar, investigar y exponer los problemas más relevantes para la mejor comprensión del ser humano y de la cultura.
La vasta experiencia de nuestra institución y la pertinencia de su plan de estudios ha permitido a nuestros egresados continuar su preparación profesional en diversos ámbitos. Aquí, mencionamos algunas áreas:
- Psicoanálisis y Psicoterapia.
- Historia y Etnohistoria.
- Teología y Ciencias Religiosas.
- Educación y Pedagogía.
- Lingüística, Filología y Literatura.
- Ciencias políticas y Sociología.
En cuanto a la oferta de trabajo que se abre ante nuestros filósofos, podemos decir que han logrado colocarse con éxito en diversos espacios públicos y privados. A manera de ejemplos, podemos mencionar su desempeño como:
- Asesores políticos,
- Directores de instituciones educativas, docentes e investigadores universitarios,
- Escritores, editores y redactores en periódicos y revistas especializadas,
- Consultores empresariales y profesionales,
- Misioneros, sacerdotes y religiosas,
- Terapeutas, coaches e instructores certificados.
Si sientes la inquietud por estudiar filosofía, acércate a nosotros o acude a nuestra sesión informativa. Aquí más información.
Para saber más
Maestría en Filosofía y Crítica de la Cultura
Karemm Danel, “El impacto ambiental del libro digital”, Universidad Intercontinental. Recuperado de https://www.4uic.mx/el-impacto-ambiental-del-libro-digital/