Con el objetivo de que los estudiantes tengan contacto con migrantes, generando un intercambio cultural y teniendo este reconocimiento del otro sin fronteras, a lo largo del semestre que está por concluir, un grupo de estudiantes de diversas licenciaturas que participan en la Pastoral Universitaria visitaron la Casa del migrante Arcángel san Rafael en la cual llevaron a cabo diversas actividades con los niños buscando un intercambio de culturas y, también, llevarles esperanza y alegría al tiempo que interactuaron con ellos.

Para Andrea Rebollo, estudiante de la Licenciatura en Mercadotecnia, fue una actividad muy enriquecedora, pues: “Nunca antes me había detenido a reflexionar sobre la vida de los migrantes y las experiencias que atraviesan en su camino hacia un nuevo destino. Reconocer la realidad y las expresiones de quienes enfrentan esta situación fue impactante y cambió mi perspectiva de manera significativa. Participar en este proyecto social fue enriquecedor; aprendí muchísimo y fue un fuerte recordatorio de la diversidad de la vida.

Interactuar con los niños, compartir momentos de colorear y jugar, resultó beneficioso para ambas partes. Revivir mi infancia a través de estas actividades fue nostálgico, y la transformación en la expresión de los niños después de jugar es inexplicable. Merecen esos momentos de distracción y diversión que contribuyen a su desarrollo general.

La actitud positiva y las sonrisas constantes de las personas ante la adversidad son sorprendentes. Su capacidad para manejar la situación y adaptarse es verdaderamente admirable.

Es imperativo que más individuos se sumen para brindar ayuda y aportar según sus posibilidades. La difusión de esta problemática y las maneras de contribuir son clave. Compartir nuestras experiencias y lo que hemos aprendido puede generar conciencia y motivar a otros a prestar atención a esta situación”.